Presentado por Elena Borrell, yogaterapeuta (Barcelona).
Contacto: elenaborrellbrito@hotmail.com
Víctor, hombre de 50 años, padre de dos niños. Trabaja como diseñador y dando clases. Pasa mucho tiempo sentado delante del ordenador. Acude a la primera sesión con crisis de vértigo, mareos y taquicardias que le paralizan e invalidan. Lo esta viviendo con mucha angustia.
Hace unos meses pasó el covid y desde entonces presenta estos síntomas. Además, recientemente falleció su padre tras una enfermedad larga y que en los últimos años Víctor había vivido con mucha angustia y estrés.
Se siente sin energía y presenta problemas de descanso nocturno. Comenta que siempre le ha costado mucho dormir, pero ahora además no consuigue mantener el sueño de manera contínua. En general, tiene los horarios bastante irregulares, se levanta muy tarde porque por la mañana está agotado y ya todo el día va tarde y fuera de horarios.
Hasta el momento rechaza terapias y trabajos personales y no ha querido abordar la perdida del padre, la angustia o el estrés vivido. Acostumbraba a salir a correr, pero nunca ha hecho ningún trabajo encaminado a la conciencia corporal.
De la observación corporal inicial destacan la rotación interna de hombros, actitud cifótica con falta de tono abdominal, la cabeza adelantada lo que le produce mucha tensión en la zona cervical y en la parte alta de la espalda, tensión mandibular y bruxismo. Su respiración se observa muy superficial en posición de sentado, con tendencia a respirar por la boca. De pie, cuando le pido respirar profundo, aparece claramente una respiración paradójica.
Destacan también unas piernas muy finas y se comprueba que en movimiento la fuerza se centra en la cintura escapular, dando sensación de desconexión con la tierra y el apoyo.
En la primera sesión comenzamos tomando consciencia de sus patrones de tensar la parte alta del tronco, los hombros y la mandíbula, descubriendo la sensación de enraizamiento y cómo desde este apoyo firme ir creciendo y liberando el cuello. Una vez comprendido, practicamos ejercicios sencillos de movimiento de ojos, boca, ensalivar, bostezo y movimientos articulares insistiendo en el sentir. A partir de aquí quise iniciar la serie MOC de Prana con respiraciones suspiradas con la intención de aflojar la caja torácica, pero en este momento la sensación de soltar le provoca angustia, rigidez e incluso mareos y surge un patrón de hundimiento en la exhalación, adelantando la cabeza lo cual potenciaba los mareos, así que fuimos unos pasos más lentos, trabajando con:
- movimientos de torsión suaves, primero durante la exhalación y después haciendo el movimiento en lleno y en la posición de rotación haciendo la exhalación suspirada (sin hundirse) con la intención de favorecer de manera suave aflojar el cuello, los hombros y la boca
- trabajo del tendón central con especial atención en sentir del cuello y tomar la precaución de no comprimir la nuca
Al observar su tendencia a hundirse, adelantar cabeza y comprimir la nuca trabajamos la elongación de la columna en la exhalación a partir de la presión de los pies hacia el suelo. Para evitar la respiración paradójica y la expansión excesiva del tórax, llevamos atención al abdomen en la inhalación y, tras algunas pruebas, la exhalación adoptada fue ligeramente suspirada y por la boca. Todo ello con cualidad de intimidad y ternura.
Introdujimos el movimiento de abrir brazos rotando muñecas, codos, hombros en exhalación para ayudar en el cierre de los hombros sin que subiera la caja torácica. En la inhalación lleva el aire desde el corazón a las yemas de los dedos con la fuerza de la ternura y vuelve al corazón.
Al final de la sesión probamos el ejercicio de poner los pies en garra e ir soltando, pero le costaba relajar y le conectaba con los patrones de miedo.
Este día no pudimos introducir mas elementos ni meditaciones porque Víctor comenzó a sentirse mareado
Después de esta primera sesión le propuse una práctica cortita y muy sencilla en base a lo practicado ese día, con la intención de ir conectando con una cualidad más suave y tierna, con las sensaciones, buscando que su cuerpo enviase un mensaje de relajación y paz a su sistema nervioso y ahondando en un aprendizaje de crecer a partir de unas raíces fuertes, con intención de liberar nuca y cuello.
Además de la serie, le proporcioné un audio de relajación a través de ejercicios de tensión y soltar.
Aquí podéis ver los detalles de la propuesta de la práctica después de la primera y la segunda sesión:
Víctor comenzó a practicar a diario y me comentó que le estaba ayudando mucho redescubrir la sensación de relajación.
En las siguientes semanas supe que había comenzado un acompañamiento psicológico después de varias crisis de ansiedad. En una ocasión, cuando debía pasar varios días solo, recurrió a mí para que le ofrezca alguna dinámica que le ayudara en esos momentos y le propuse realizar el ejercicio de coherencia cardiaca entre 3 a 5 veces al día, lo cual le ayudo mucho en esos y los siguientes días.
Nos volvimos a encontrar unas semanas más tarde, Víctor continuaba con crisis de ansiedad y comentó que sufría acufenos constantes, estaba entendiendo que su síntomas era una respuesta de ansiedad a un estrés sostenido desde varios años al cual nunca había prestado cuidado. Comentó que las prácticas que le había propuesto, le estaban aportando otra cualidad a lo largo del día y que estaba tomando consciencia de muchos vicios posturales, muchos en relación a actitudes y procuraba entenderlos y corregirlos.
En esta segunda sesión su respiración estaba considerablemente más suelta y pudimos proceder a practicar los movimientos iniciales de la secuencia de prana sin ningún problema, incluso con el movimiento de subir el tronco en vacío para inhalar arriba. Una vez conseguido este movimiento, su respiración se mostraba muy amplia lo que le resultó muy gratificante.
Al ver esta progresión retomamos el ejercicio de los pies en garra, comprobando que ahora ya podía hacerlo sin tensión y que le aportaba serenidad. Acabamos la sesión con una meditación llenándose de luz que se expandía desde el corazón hacia todo el cuerpo.
Con la intención de que a lo largo del día fuese recordando a su sistema nervioso un estado de relajación, de que fuese recuperando energía y ayudando a disolver la angustia acumulada y no expresada, le propuse continuar con varias prácticas cortas:
- las prácticas de coherencia cardiaca
- los ejercicios de las garras
- el inicio de la secuencia de prana llegando hasta subir de la flexión en vacío, inhalar y retención en lleno antes de volver a exhalar en suspiro
- movimientos articulares y de mandíbula y ojos
- ejercicios para tendón central
Pasadas unas semanas volvimos a encontrarnos. En esta tercera sesión se encontraba mucho más animado y había un cambio muy grande en el enfoque, reconoció que estaba descubriendo y disfrutando mucho con el trabajo de la conciencia, que lo aplicaba a lo largo del día y que notaba muchísimo como le afectaba sobre todo en la relación con sus hijos. Estaba trabajando el hecho de que el efecto de las sesiones y las prácticas se ampliase lo más posible a lo largo del día y ahora ya era capaz de darse cuenta de cuando empezaba a caer en pilotos automáticos o incluso en posibles inicios de crisis de ansiedad y procuraba actuar antes de perder el control. Estuvimos comentando estrategias posibles en estos casos y sacamos una lista para que la fuese practicando en situaciones sencillas:
- respiración
- visualizar el sol que se expande desde su corazón hacia el espacio exterior
- trabajo de compasión hacia su amígdala
- adoptar posturas corporales que él relacione con bienestar
Este último día nos aventuramos hacia una práctica más activa, basada en el MOC de diafragmas y con intención de conectar con el gozo, con la fuerza y la energía de vivir. Acabamos con una relajación tumbado sintiendo el espacio de diferentes miembros del cuerpo y el espacio más allá del cuerpo. La respiración de Víctor al final de la práctica irradiaba más allá de su cuerpo. Al acabar comentó que era la primera vez en meses que no sentía acufenos.
De cara a las siguientes semanas acordamos que practicaría una relajación profunda antes de ir a dormir y una pequeña serie en las mañanas basada en la práctica de los diafragmas, además de ir aplicando todo lo comprendido en el día a día.