No dejes que la mente se pasée por otros campos. Haz que permanezca en la tierra de los dos ríos, Ida y Píngala. Deja que se sumerja profundo. Tú te verás salvado de la perplejidad de la ilusión. Shrdi Sai
El aprendizaje del yoga es comprender la naturaleza dual, y esta se comprende cuando se experimenta que dos aspectos duales, dentro y fuera, luz y oscuridad, por ejemplo, tienen espacio en el corazón de uno y en su movimiento se abrazan.
La respiración es lo que mejor simboliza esta imagen y la que podemos usar para facilitar un estado de Yoga. Para ello os propongo este sencillo ejercicio.
- Colócate en una posición cómoda pero que te permita tener la espalda erguida, y al mismo tiempo relajada. Se puede realizar sentado en silla o tumbado.
- Respira con profundidad, durante dos minutos inspirando por la nariz y expirando por la boca. Es aconsejable que la respiración sea un poco sonora, esto te ayuda a concentrarte.
- Toma consciencia del movimiento que ocasiona la respiración en el cuerpo, y lo que ocurre durante la fase de la inspiración y lo que ocurre en la fase de la espiración; durante dos minutos. Percibe las diferencias que hay entre las dos fases.
- Ahora, observa la respiración como un todo, toma conciencia que las dos fases son indispensables, vitales. Representan el movimiento de la vida.
Este es un ejercicio que nos ayuda a entrar en calma y actúa como “reconciliador” de las luchas internas.
El trabajo del yoga nos debe llevar hacia el equilibrio entre los dos ríos que menciona Shrdi Sai, para tener la conciencia en el punto medio, que es el punto de vacío, o de pausa. Esto en la respiración viene representado por las pausas al final de cada fase respiratoria. Gesto que puedes incluir de forma muy relajada en el ejercicio propuesto.
Esto hace que la atención a la respiración sea una de las maneras más eficaces de facilitar el estado de yoga.
Victor Morera