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PRANAYAMA SEGÚN LOS YOGA SUTRAS

Estamos acostumbrados a interpretar el pranayama como una técnica que implica una postura determinada del cuerpo, con los dedos tapando las fosas nasales, contando los segundos de inspiración, espiración y retenciones, y controlando el número de ciclos repetidos.

A pesar de que esto sea correcto para un estudiante avanzado y en buena forma física, hablando de una persona con problemas de salud, así como de un principiante, tenemos que revisar esa creencia sin perder la esencia del pranayama.

Volvemos entonces a los conceptos esenciales de los que nos habla Patanjali en el segundo capítulo de los Yoga Sutras, allí donde introduce el yoga de los ocho miembros, el ashtanga yoga.

Sutra II.49

Tasmin sati shvasa prashvasa gati vicchedah pranayamah

El Pranayama es la regulación consciente y deliberada de la respiración que reemplaza los patrones inconscientes.

TASMIN SATI – allí establecido (después de dominar yama, niyama, asana)
SHVASA GATI – el movimiento de la inspiración
PRASHVASA GATI – el movimiento de la espiración
VICCEDAH – cortar, interrumpir
PRANAYAMAH – Pranayama (la extensión del Prana)

Como la respiración es habitualmente una función involuntaria del organismo, de manera espontánea surge la pregunta: ¿para qué intentar controlar con la voluntad una función orgánica involuntaria?

La respuesta viene de las palabras que utiliza Patanjali para definir el movimiento respiratorio, shvasa – prashvasa, términos que indican que la respiración espontánea es, en gran parte, una respiración acortada, alterada, pesada e irregular. Es la respiración que va asociada a una mente agitada. Lo que realmente nos propone es que, cada vez que seamos conscientes de que nuestra respiración tiene estas características, podamos corregirla a través de un nuevo patrón respiratorio y actuar directamente sobre el estado mental.

No es la primera vez que Patanjali asocia mente y respiración: en el primer capítulo, entre los medios que permiten apaciguar y estabilizar una mente agitada, Patanjali sugiere alargar la espiración y la pausa al final de la espiración (sutra I.34).

Pero aquí nos pone como condición que los miembros (angas) del yoga descritos en los sutras anteriores (yama, niyama, asana) estén dominados.

Esto esencialmente significa que cuando la mente está agitada aún no está preparada para el pranayama (sutra I.31), así que las actitudes sociales (yama), personales (niyama) y las cualidades de asana ayudan a calmar la mente preparándola a estar presente exclusivamente en el proceso respiratorio.

Efectivamente, buscando referencia en otro texto importante, el Hatha Yoga Pradipika (II.2) dice:

Cuando la respiración es agitada la mente está agitada. La mente se inmoviliza cuando la respiración se inmoviliza.

Para traducir estos conceptos al aspecto terapéutico del yoga, podríamos volver a recordar la importancia de la progresión (vinyasa) y de la adaptación individual de cada técnica que proponemos.

Así que la clave mas importante de este sutra está en encontrar la manera de ayudar al alumno a reconocer sus hábitos respiratorios y desde allí buscar una respiración cada vez más regular y consciente, incluyendo los mismos asanas,  y la observación de sus patrones vitales (yama y niyama).

¡Respirar concientemente es pranayama! Dominamos el prana cuando unimos conscientemente la respiración y la mente.

Quizás empezando por tomar conciencia de cómo el aire entra y sale del cuerpo, de los espacios corporales en los que la respiración resuena, luego de que hay pequeñas pausas entre las respiraciones, finalmente de que puedo alargar las fases respiratorias y regularlas según mis necesidades y objetivos.

De hecho, al centrar la atención en la respiración, la mente dispone de un soporte rítmico, lo que puede tener efecto apaciguador y tranquilizante. Estar presente en la respiración quiere decir estar presente en uno mismo, en el momento presente, tomando una distancia relativa de lo que nos preocupa. El flujo de la respiración constituye un anclaje para una mente distraída y, por otro lado, la respiración va a modificarse por el simple hecho de que la mente sea testimonio de ello, ya que está comprobado que la presencia de un observador modifica el campo de experimentación, y como consecuencia, el conjunto de la experiencia en curso.

Sutra II.50

Bahya abhyantara stambha vrtti desha kala samkya abhyasa phala paridrstah dirgha sukshma

El Pranayama comprende la regulación de la espiración, de la inspiración y de las suspensiones. Eso se realiza modulando su lugar (desha), su duración (kala) y sus repeticiones (samkya). La mente debe centrarse en el proceso para que el resultado sea una respiración larga (dirgha) y sutíl (sukshma).

Los elementos que hay que tener en consideración en la práctica del paranayama forman dos grupos distintos que se refieren respectivamente a los movimientos de la respiración y a los soporte de atención de la mente (bhavana):

Componentes de la respiración:

BAHYA  VRTTI- espiración
ABHIANTARA VRTTI- inspiración
STAMBHA VRTTI – retención

Es interesante cómo Patanjali una vez más habla de la espiración antes que la inspiración, indicando como ese aspecto sea el más importante para empezar. Así que, primero ayudaremos el alumno a soltar el aire, a reconocer cómo eso le lleva a descargar tensiones, liberar experiencias, limpiar el sistema, y solo luego le propondremos tomar conciencia de cómo expandir la inspiración cargándose de prana, dejando por último el uso voluntario de las retenciones del aliento en su función de aumentar y fijar el potencial energético de la respiración.

Soportes de atención respiratoria (bhavana):

PARIDRSTAH – considerar atentamente
DESHA – lugar físico, foco de atención, técnicas
KALA – duración, ritmos
SAMKYA – número de veces

Los elementos que nos ayudan a mantener vigilancia durante la práctica del pranayama son, en el caso de principiantes y alumnos-pacientes:

Desha – se refiere a la toma de conciencia de los espacios respiratorios (caja torácica, abdomen, costados, clavículas, nariz, etc.) y del recorrido respiratorio. Daremos la prioridad al recorrido fisiológico, favoreciendo la inspiración del pecho al abdomen y la espiración del abdomen al pecho.

Para estudiantes avanzados desha es el tipo de técnica que se utiliza según su lugar en el cuerpo: la garganta para el ujjayi, la lengua para shitali, la nariz para el nadi shodana, por ejemplo. Pero desha puede ser también cualquier imagen mental, por ejemplo la unión de prana y apana, el espacio del corazón, la repetición mental de una fórmula o un mantra, etc.

Kala – se refiere la duración de la fase respiratoria que observo. Los ritmos son las proporciones entre la fases respiratorias.

Este es realmente el aspecto más importante para utilizar el pranayama en su función terapéutica. Sabemos que alargar la espiración haciéndola más amplia que la inspiración, tiene un efecto langhana, relajante y depurativo. Sin embargo, poner el acento en la inspiración garantiza un efecto más de activación, energetizante, expansivo, brhmana. Igualar las dos fases respiratorias contribuye a una mente atenta y relajada, con efecto samana. Marcar las retenciones acentúa el efecto de la fase respiratoria anterior.

En ningún caso habrá que superar los limites de las capacidades individuales.

Samkya comprende todo lo que puede ser contado, el número de respiraciones, los ciclos, la amplitud de las fases, etc.

Pero lo realmente importante es que, cuando contamos, la mente está completamente centrada en ello, sin distracciones. No hay que olvidar que el pranayama junto a pratyahara  (la retracción de los sentidos) son anteriores a los últimos tres miembros del ashtanga, los que se refieren a la meditación (dharana, dhyana, samadhi). De este modo, el pranayama se puede considerar también un ejercicio de atención preparatorio para la meditación ya que samkya, kala y desha se combinan y se sostienen mutuamente para mantener la vigilancia.

El efecto obtenido será:

ABHYASA PHALA – resultado de la práctica
DIRGHA – largo
SUKSHMA – sutil

En la última parte del sutra Patanjali habla de las cualidades que tiene que tener la respiración para poderse definir un Prana–ayama, una expansión del Prana: larga y sutil (dirgha y sukshma).

Krishnamacharya decía que a pesar de querer alargar la respiración, nunca eso tenia que influir en su sutileza. Es efectivamente la sutileza la que ayuda la respiración a hacerse cada vez más larga, amplia, profunda. Por eso podemos decir que las dos cualidades que buscamos en el Pranayama sosteniéndose la una con la otra, son al mismo tiempo los beneficios que vamos a conseguir. Una duración excesiva suele traducirse en falta de finura, y una respiración excesivamente fina suele atenuarse al punto de no tener amplitud.

De alguna manera dirgha y sukshma son para el Pranayama lo que sthira y sukha son para asana, sin esas cualidades el Pranayama no se puede definir como tal. Es por este motivo que Krishnamacharya no consideraba Kapalabhati y Bastrika como técnicas de pranayama, sino como técnicas de purificación (kriya).

Cuando la respiración se hace larga y sutil, quiere decir que ha encontrado un ritmo, una frecuencia, una pulsación. La mente se ha apaciguado y las dos cualidades de rajas y tamas se han reducido a favor de sattva, la claridad.

Sutra II.50

Bahya abhyantara vishaya akshepi chaturdah

Entonces la respiración trasciende el plano de la conciencia.

BAHYA – externo (espiración)
ABHYANTARA – interno (inspiración)
VISHAYA – objeto
AKSHEPI – trascender
CHATURTAH – el cuarto (estado)

En las Upanishad se dice que hay 4 estados de conciencia:

Sueño – Nidravastha – donde prevale Tamas
Vigilia – Jagratavastha – donde prevale Rajas
Sueños – Svapnavastha – donde prevale Rajas pero en menor cantidad
Yoga – Turiyavastha – donde prevale Sattva, la claridad

El cuarto estado del que habla Patanjali es el de la claridad, donde la conciencia está asentada en su Purusha y la mente consigue una cualidad meditativa, está presente pero está silenciosa. En ese estado los objetos externos o internos (recuerdos, patrones mentales, etc.) no nos condicionan y la respiración se hace larga y regular sin la intervención de la voluntad. En este nivel es la cualidad sattvica de la mente que condiciona la respiración, no al revés.

Es evidentemente un estado muy avanzado de práctica que implica un proceso largo y una intensa disciplina.

Sutra II.52

Tatah kshiyate prakasha avaranam

La práctica regular del pranayama reduce los obstáculos que inhiben la clara percepción.

TATAH –  entonces
KSHIYATE – reducido, removido
PRAKASHA –  luz, claridad
AVARANAM –  velo, nube

Como consecuencia del Pranayama el velo que recubre la luz de la conciencia es reducido, la mente aumenta su cualidad sattvica, se hace clara, y disminuye la influencia de las pulsiones básicas  (ignorancia – ego – deseo – rechazo – miedo) y todo lo que obstaculiza la percepción de la realidad, o sea la agitación y dispersión provocadas por rajas y la torpeza y confusión causadas por tamas, se reducen.

Eso garantiza que la energía (Prana) se estabilice en el cuerpo, favoreciendo el estado de salud y que la claridad mental conseguida lleve a mejores elecciones, hacía una vida mas fácil y satisfactoria.

Patanjali va reafirmando uno del objetivos claves de la práctica del Yoga: aumentar Sattva, la claridad de la conciencia, el contacto con el Ser, para conseguir el verdadero estado de salud, la integración.

Así que el efecto del pranayama se ve con el tiempo, no aparece como en asana enseguida con una sensación de mayor espacio y flexibilidad en el cuerpo. El efecto del pranayama es el resultado de una práctica constante y continuada en el tiempo que empieza a reflejarse en la forma de responder a las experiencias, de relacionarme con el entorno, de hacer elecciones, etc.

Volviendo a las aplicaciones terapéuticas del pranayama, remarcamos otra vez el gran potencial energético de la respiración consciente como clave de la sanación, desde el nivel corporal al aspecto mas elevado y sutil del ser humano.

El Hatha Yoga Pradipika dice que dominar la respiración es tan difícil, como domesticar un tigre, es una disciplina que requiere inteligencia y habilidad, pero, sobre todo, de una adaptación individual para que sea, antes que todo, una experiencia interior. Ni las técnicas ni los parámetros de los que hablan los sutras representan un objetivo en sí mismos, sino simples medios que permiten llevar a cabo esa experiencia.

Grazia Suffriti