Por Javier Magán López
Yogaterapeuta y profesor de yoga; experto en filosofía hindú (Pamplona).
Por avatares de la vida, y por mi inquietud en estar siempre buscando nuevos cauces y formas he tenido experiencias en diversas modalidades formativas en el entorno del yoga y de todas ellas – incluso de las que he decidido abandonar tras quedar muy decepcionado – he aprendido algo.
La decisión de hacer esta formación venía propiciada por conocer a Víctor y su enfoque y maneras de hacer yoga que descubrí en su librito “Bases posturales del Hatha Yoga” que llegó a mis manos hace ya años y me que me maravilló e ilusionó por ese rigor y enfoque en la esencia envuelto en sensibilidad en la forma.
Llevo ya más de un año y la formación no está siendo un “camino de rosas” pero la verdad es que tampoco lo esperaba… Exige atención, presencia, estudio y práctica, sobre todo práctica para experimentar lo que “teóricamente” se va aprendiendo. En realidad, más que exigir práctica “induce” a practicar, a integrar aprendiendo como primer paso en la práctica personal, las técnicas y herramientas que se van exponiendo en las sesiones mensuales.
La estructura que vertebra la formación es muy sólida, sus partes están integradas y está bien secuenciada, se vislumbra detrás una larga experiencia y una voluntad divulgativa muy profunda y amorosa; se va progresando sesión a sesión pero a su vez se va afianzando la base y haciéndola cada vez más amplia, más sólida en todos sus elementos constitutivos fundamentales.
Esta formación de Yoga Terapia en Pranamanasyoga me ha hecho revisar algunos de los “modos” de mi práctica personal, y como consecuencia directa, de los modos que empleo en mis clases grupales. Me ha inducido a refrescar sobre todo la intención específica de cada parte de la práctica, de cada asana y sus respiraciones o variantes en cada contexto. En ese sentido me ha ayudado a mover, en ciertos casos, el objetivo, la intención, y a su vez he aprendido a utilizar «nuevas” herramientas, integrando en la práctica elementos, secuencias, variantes… sencillos pero muy efectivos y ejecutados con este nuevo aire que ha refrescado y revitalizado mi yoga y el que propongo a mis alumnos.
La formación va enseñando las herramientas y metodología para observar, interpretar y para diseñar la práctica idónea para cada persona en la situación específica en la que se encuentra y aporta pautas para mejorar la salud en su sentido más profundo y global.
El objetivo es promover mejora en la salud a nivel integral, grupal y global (y no sólo individual) y está vertebrada por una profunda y sutil observación de la persona.
Mi práctica personal ahora no es casual o sólo programática, y a partir de la experiencia personal y la puesta en práctica en clases grupales de técnicas “terapéuticas” muy efectivas para todas las personas, con la confianza adquirida, voy abordando el diseño individual de prácticas individuales de yoga terapéutico.
Durante las sesiones de aprendizaje, además de módulos más teóricos hay otros de prácticas grupales con objetivos específicos comunes y también la parte más práctica de yogaterapia personal o individual; en este ámbito yo, como personaje, he sido “objeto” para que se diseñe una práctica adaptada a mis necesidades de salud y por ende, he presenciado la encuesta y observación al resto de mis colegas y he asistido a la puesta en práctica de la secuencia personal creada para cada una de mis colegas de curso con los comentarios y explicaciones de la construcción de la práctica a partir de la observación y elementos recogidos en la encuesta.… amplia y muy práctica experiencia.
Me parece un fantástico descubrimiento toda la interpretación de los Yoga Sutra de Patáñjali desde el punto de vista terapéutico; el sólido enraizamiento con la tradición genuina del yoga a través de la Escuela de Krishnamacharya y Desikachar. A través del análisis y la explicación de Grazia Suffriti, los Yoga Sutra – tantas veces denostados como crípticos o incluso trasnochados… o aburridos– toman un sentido absolutamente práctico y actual. Tras haber estudiado anteriormente esta sublime obra bajo otras interpretaciones tradicionales también muy sugestivas, la nueva faceta desde el ámbito terapéutico me parece maravillosa y muy práctica – tras esta enseñanza nadie puede decir que los Yoga Sutra son algo teórico o pasado de moda- y me reafirma que, enseñada por quien la ha integrado en el seno de una tradición sólida, la enseñanza de los Yoga Sutras es infinita en sus facetas y maravillosamente práctica a la vez que sutil.
En síntesis, sin hacer desde luego “borrón y cuenta nueva” con mi anterior yoga, sí que esta Formación en Yoga Terapéutico de Pranamanasyoa me ha mostrado un nuevo modo de hacer yoga – y no sólo hatha yoga – por supuesto que además de aprender a diseñar yoga terapéutico a nivel de práctica individual y a la carta, mis clases grupales están disfrutando también de este nuevo y precioso enfoque y de resultados realmente palpables y precisos en la salud a través de la aplicación de las técnicas y herramientas que Víctor y Grazia enseñan verbal, física, sutil, paciente y amorosamente, enseñan yoga terapéutico a través del Yoga.
Con gratitud y amor
Javier Magán López (Pamplona)