Por Grazia Suffriti
El mes pasado asistí en Barcelona al seminario del dr. Kaustubha Desikachar titulado Aroghya que significa literalmente ausencia de enfermedad (roghya) en sanscrito, entendiéndose cómo salud, según la dimensión holística del yoga. Y hubo un episodio que él contó que me gustaría relatar ya que nos lleva a un Sutra muy interesante del primer capítulo.
Cuando Kausthuba era aún muy joven y estaba de asistente en las sesiones de yoga terapéutico de su padre TKV Desikachar, un día apareció un occidental con una profunda depresión pidiéndole ayuda, ya que le habían hablado de que el yoga le podría ayudar. El maestro Desikachar, teniendo en cuenta que el hombre se planteaba estar un mes más en la India, le dijo que su práctica de yoga iba a ser esta: que le trajera fotografías de cosas simétricas que encontrara a lo largo de su viaje. El hombre se quedó atónito y le contestó que ni siquiera tenía una cámara de fotos, que no sabía hacer fotos y no entendía… pero Desikachar pidió a su hijo (Kaustubha) su propia cámara, se la dio al occidental, y le insistió en que volviera, antes de marcharse a su país, con esas fotografías.
¡Si alguien ha estado en la India seguro que le ha salido una sonrisa… ya que la India es MUY POCO SIMÉTRICA! Así que se puede entender la dificultad de la tarea “yóguica” que eso supondría.
Kaustubha, con cierta desconfianza, dio por perdida su cámara de fotos, sin embargo, al mes ese hombre volvió. Su aspecto había cambiado completamente, ¡su postura se mostraba más abierta, la mirada serena, la sonrisa en la cara… y con las fotos en la mano! La difícil tarea de observar la simetría y, encontrándola, fijarla en una imagen, supuso para ese hombre un cambio radical en su forma de observar el mundo sacándole de la depresión.
Este relato nos muestra como, en la búsqueda de la salud, la herramienta que usamos no es lo más importante, lo importante es el destino al que se llega. Y nos confirma que si para un alumno lo eficaz serán âsana-s, para otro será la respiración, o la meditación, el mantra o un cambio de patrones como en este caso.
Esto nos lleva a la gran libertad que nos ofrece el yoga a través del SŪTRA 39 del primer capítulo: después de varios sutras donde Patañjali nos propone diferentes métodos para calmar la mente, termina esa lista diciendo simplemente:
yathā abhimata-dhyānāt vā
O cualquier cosa que sea apropiada para ti
Busca, en la meditación, el objeto apropiado para meditar que te venga bien. Algo que sea capaz de trasladar tu mente a otra visión, tal vez del pesimismo al optimismo. No tiene porqué ser un objeto de meditación, pero sí algo que dirija la mente a un objeto que, conectándote con lo esencial, aporte claridad y paz.
yathā – Cualquier cosa
abhimata – Abhi= Algo íntimo / Mata= Apropiado
Apropiado a lo que tienes en tu interior.
dhyāna (dhyānāt) – A través de la meditación
vā – oA