Continuando con el ciclo de las prácticas de yoga inspiradas en la conexión con los elementos básicos (elemento tierra, elemento agua), os proponemos esta práctica enfocada en equilibrar el elemento fuego.
Cómo es bien sabido, el ayurveda y el yoga, destacan la relevancia de los cinco elementos básicos: tierra, agua, fuego, aire y éter, como fundamentos de la existencia. No solo estructuran y rigen las leyes del funcionamiento del universo, sino que también influyen en el equilibrio físico, mental y espiritual de cada individuo. Comprender y armonizar estos elementos es esencial para alcanzar la salud y el bienestar integral.
El elemento fuego simboliza la luz, el calor y la capacidad transformadora, tanto de los alimentos como de la energía en general. En el contexto de la medicina Ayurvédica, sus funciones esenciales incluyen:
- La digestión de los alimentos.
- La regulación de la temperatura corporal.
- La percepción visual.
- La claridad mental.
El Ayurveda considera fundamental mantener el equilibrio del fuego interno, conocido como “Agni”, para asegurar una buena salud física y mental.
En la práctica del yoga, encontramos el concepto de “Tapas”, que se traduce como “calor”. Este se refiere al fuego interno generado por la práctica y el esfuerzo consciente. Tapas simboliza el proceso de purificación del cuerpo y la mente a través de la disciplina. Así, tanto Agni como Tapas representan el principio transformador del fuego: Agni enfocado en el bienestar físico y metabólico, y Tapas en el desarrollo mental y espiritual.
El fuego también está relacionado con el tercer centro energético, cuyo eje físico secundario es el plexo solar. Este centro está asociado con emociones como la ira, la envidia, el rencor y la tensión interna entre los sentimientos y las acciones. Cuando este centro está desequilibrado, puede manifestarse en una falta de confianza en uno mismo y en una baja autoestima.
La práctica propuesta tiene como objetivo trabajar en la zona del diafragma, mejorando su movilidad y relajación. Esto ayuda a armonizar la relación entre el tercer y el cuarto centro energético, facilitando el flujo del prana entre ambos. Además, se enfoca en apana vayu, que es la energía responsable de eliminar los tóxicos del cuerpo. Por esta razón, se da un énfasis especial a la fase de exhalación durante los ejercicios de respiración.
Para potenciar la exhalación y su efecto depurativo, se incluyen flexiones que también actúan como un masaje sobre los órganos abdominales. Entre las posturas destacadas se encuentra Viparita Karani, que, al ser una postura invertida, amplifica la acción purificadora y trabaja directamente sobre el plexo solar. Además, esta postura incrementa la vitalidad en los órganos abdominales.
La práctica concluye con la escucha del Gayatri Mantra, considerado en la tradición védica como una invocación a la luminosidad interna y externa. Este mantra está estrechamente relacionado con el poder transformador y purificador del fuego, reforzando así los efectos de la práctica.