Los arquetipos anteriores, el guerrero y el bienhechor, nos ayudan a tomar conciencia de asumir nuestra responsabilidad, entendida como la capacidad de responder de manera flexible a diferentes situaciones y contextos.
La responsabilidad constituye la base para el desarrollo del arquetipo del creador. Es un arquetipo que tiene como impulso la autenticidad. Queremos ser nosotros mismos en nuestras acciones, lo que supone aceptarnos y reconocer nuestra originalidad, no para ser originales, si no para ser nosotros mismos. En el yoga es el camino que cada uno ha de hacer para reconocer y recordar que es el Alma, que habita en Isvara, y se nos dice, que si se hace con constancia y desapego, se convierte en un medio para ir dejando los condicionamientos del ego dominante, e ir liberándose del mundo de las apariencias.
El creador, como fuerza arquetípica actúa cuando el compromiso nos induce a buscar soluciones y respuestas nuevas y originales. Las dificultades son retos en el esfuerzo por dar nuevas respuestas. Es un arquetipo que nos lleva a apostar y arriesgar y saber mantenerse ante las dificultades, que son vividas como retos estimulantes para buscar soluciones imaginativas y originales.
La creatividad la asociamos a vishuddhi, el quinto centro energético, que representa la quinta esencia del ser humano. El sonido que crea todos los lenguajes, que a su vez genera las formas. Creamos con las palabras, los gestos de las manos, las miradas, y éstas se convierten en un plato de arroz, un relato, un dibujo, una conversación, un edificio, en música, danza, un destornillador o un programa informático. Por eso, se dice que el ser humano es un creador, que cuando está bien aspectado, se convierte en fuente de disfrute, imaginación, plasmación y resolución de lo imaginado. Un movimiento que nace como idea e imagen y que uno tanto como individuo o como parte de un grupo lo materializan.
Cuando esta fuerza no tiene el soporte adecuado de la seguridad y responsabilidad, son las personas creativas que nunca acaban lo que empiezan, las que les falta el tiempo o se desaniman con facilidad, cambiando de intención o de ensoñación.
La inseguridad en el creador, también se plasma en copiar e imitar y en pensamientos y creencias tipo: lo de los demás es mejor, yo no sé y lo que hago seguro que está mal o no es bueno.
Otra manera de manifestarse la sombra de este arquetipo es por la obsesión por el trabajo, siempre hay cosas que hacer, así como confundir la originalidad con hacer cosas diferentes en comparación con los demás, olvidado que cuando uno es auténtico lo que expresa es original.